EL libro contraviene todos los principios del narrador moderno: a menudo usa la frase tabú "querido lector" que está proscrita desde el Marqués de Sade, tiene interminables descripciones del barrio de Asakusa, que da nombre a la novela, así como heréticas descripciones costumbristas en desuso desde el siglo XIX, sin embargo, con todo lo anterior, Kawabata es capaz de sorprendernos con un libro notable, como suele hacerlo y volver a transformar su narración en un espejo distorsionado que paradojalmente nos permite vernos con claridad.
Un universo (in)apetente
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El otro día estaba en una terraza tomando una cerveza con unos amigos,
cuando llegó una docena de chavales entre 18 y 22 años. Se sentaron
enfrente de no...
Hace 12 minutos
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