Pequeños poemas en prosa. Spleen de París. Baudelaire.

Os dejo otra "reseña", de una obra que pensé me iba a pasionar, aunque no ha sido así. El lenguaje es bellísimo, correcto y muy rico, aunque austero.

Los poemas en prosa son fieles a su título: son poemas, por su contenido emocional y mágico a la vez, escritos en verdadera prosa, rica y austera, poética y musical, sin rima ni aparente ritmo; y digo aparente porque escribir poesía en prosa implica un ritmo poético, aunque la rima y las reglas clásicas de la métrica son inexistentes: libertad formal y flexibilidad.

Baudelaire elimina la rima, pero conserva cierta simetría y ritmo, repeticiones, incluso redundancias; hay en ella mucha ensoñación y abundantes metáforas, sin embargo te deja un gusto amargo, melancolía y cierta tristeza.

La obra carece de hilo argumental, todo en ella es cabeza y pies a la vez; no hay desarrollo narrativo, principio ni fin. El lector puede comenzar por cualquiera de los poemas, quedando en completa libertad para emprender la lectura como quiera. Cada parte tiene entidad en si misma.

Su contenido emocional es muy intenso; predomina el contexto urbano, la vida en la gran ciudad.

Destacaría dos temas recurrentes:

Visiones de París, como gran ciudad, la soledad del extranjero, el paseante solitario entre la agitación y el bullicio.

La melancolía (el spleen), la insatisfacción y los deseos incumplidos.
En mi opinión constituye una gran obra; de ella surge “el mito de la ciudad”, la vida agitada y bulliciosa, el caos, una explosión de vida que nos lleva al placer.

Sin embargo, toda esa fuerza creciente conduce, de forma paradójica, a la destrucción de ese placer, a la degeneración y al malestar. De ahí surgen las imágenes de dolor e insatisfacción, incluso de derrota. El autor se compromete al máximo con cada una de las imágenes que describe: parece estar presente entre las turbas, entre los necesitados e insatisfechos.

La obra parece regirse por la antítesis, la dualidad, la contradicción y la fragmentación.

Me gusta esa contradicción constante: placer-dolor, regocijo-insatisfacción, triunfo-derrota.
No es de mis libros favoritos, pero sí considero que tiene algo especial, algo profundo y puede considerarse como el principio de la modernidad poética.

© Reina.

0 comentarios:

Publicar un comentario