Literatura Irracional


En este volumen se recogen los más de quinientos relatos presentados al “I Concurso de Literatura Irracional” convocado por el blog “Espejo Lúdico”. Los concursantes debían escribir microrrelatos con un máximo de veinte palabras, de forma que el número de letras de cada palabra fuera la cifra correspondiente (eliminando los ceros y la coma decimal) de uno de los números irracionales que se proponían en el concurso: el número pi, la raíz de dos y el número áureo.

Reunion tumultuosa


Esta novela, junto con la siguiente, «Exhibición Impúdica», valió a Tom Sharpe la deportación de Suráfrica, donde llevaba diez años enseñando no se sabe qué. Pero oye, un humor malvado y retorcido, engalanado sólo para zaherir a un régimen político –brutal, sí- del que hace una caricatura mortal pero muy divertida. No desprecia Sharpe añadir muertos y muertos a la trama y retratar a los afrikaaners como retrasados mentales, mestizos, acomplejados ante la elegancia de los surafricanos de origen inglés, ignorantes y snobs.

Es un misterio por qué las autoridades surafricanas esperaron a la segunda novela, “Exhibición impúdica” para devolverlo a Inglaterra, donde se hizo mucho más famoso con sus varias novelas sobre “Wilt”, un profesor muy normal pero muy loco, y con sus críticas al sistema educativo del Reino Unido.

A mi madre

Último aliento que tu boca suspiraba,
último aliento que tu boca suspiraba,
última palabra que tu boca recitaba,
Vocablo de sentimiento
que con su aura me tocaba,
Negra era la noche
que todo oscurecía,
Negra era la muerte
que por mí madre venía
¡tú, tu me la arrebasteste de mi vera!
muerte asesina ,
después de una primavera,
Madre mía
que en mi corazón llevo clavada
como las espinas de una rosa
de color grana,
Pena tengo en mí alma
porque fuieste condenada
por la muerte, privada de tu vida,
pero no te preocupes madre
que en mí alma
tu siempre tendras cabida,
Doblegada alma de mi madre cansada,
Que me dejó sóla y sin nada
se llevó mi amor consigo
y entre su ataud mi alma,
Recuerdo ese amor
que tu a mi me dabas
como un lucero
cuando abraza el alba,
Corre ya mi madre hermosa
entre el firmamento,
VUELA, VUELA, madre mía libre hacía tu cielo,
Mira madre, mira y sientete orgullosa,
Que yo florezco como petalos de rosa,
rosa de tu mirada,
flor de una sin razón,
que te arranco de mi alma ,
pero no del corazón.