Juegos de la edad tardia. Luis landero


Cuando comencé la lectura de esta novela, no quise saber nada del argumento. De hecho, sigo pensando que es mejor no decir nada, esbozar sólo unas cuantas líneas que describan la atmósfera y la trama y, poco más, pues el encanto, el humor y la constante extrañeza en la que nos envuelve este libro, se desmoronarían el instante.
Si se puede hablar de grandeza en una novela, esta reside, sin duda, en la genialidad del autor al ser capaz de crear una trama coherente y verosímil que mantenga, de forma constante, el interés del lector.

Jamás ha pasado por mis manos una novela que haya logrado tan claramente este objetivo. A lo largo de mi vida, han pasado muchas, y con ellas, cientos de personajes con los que en algún momento, he llegado a sentir cierta identificación puntual. El caso de "Juegos de la edad tardía" supera con creces cualquier sentimiento de identificación que hubiera podido tener con ningún otro personaje.