El ser humano es culpable de la desertización, de la deforestación, la lluvia ácida, el envenenamiento por pesticidas, la contaminación atmosférica,de la desaparición de la capa de ozono, de la desaparación de miles de especies, del hambre, de las enfermedades contagiosas. Por todo ello el hombre esta abocado a su propia destrucción. Poco puede hacerse, si es que algo puede hacerse ya para echar marcha atras a lo que parece una cuenta atras hacia el apocalipsis. Cada día son más evidentes los efectos de la malvada e ilógica actuación del hombre sobre la naturaleza. El fin esta cerca y...
Es lo que vemos diariamente en los telediarios, lo que escuchamos en la radio y lo que los periódicos y revistas se encargan de mostrarnos. Es una visión horrible de un panorama de destrucción que supuestamente es culpa de todos y cada uno de nosotros. Pero, ¿es posible que quizá las cosas no sean exactamente como nos las han contado?. Y si es así, ¿que motivos podrían existir para habernos concienciado (y convencido) de todo esto? El ecologista escéptico es una obra valiente, bien documentada y amena sobre la verdadera situación actual del mundo, lo que se nos ha hecho creer y sobre todo porque se nos ha hecho creer. Se nos descubren los verdaderos intereses detras de asociaciones presuntamente inmaculadas como Greenpeace que como toda organización necesita apoyo e inversiones y muchas veces no duda en recurrir a mentiras puras y duras para atraer la atención y las donaciones de los habitantes de los paises desarrollados (un buen ejemplo es el mito de las 40.000 especies desaparecidas al año que no tiene ningún tipo de fundamento científico), a los que consideran con una inteligencia tan escasa que si se les ofreciera una visión del mundo más acorde con la realidad no se sentirian tan abocados a contribuir economicamente. Todo se basa en el miedo. Un miedo que logra que actuemos sin pensar y sin cuestionarnos si después de todo es lógico creer que una multinacional industrial es menos digna de crédito que una ONG como si ambas no persiguieran sus propios objetivos y su propio beneficio.
Surgido de la pluma de un profesor de estadística de izquierdas y ex-miembro de Greenpeace este libro cargado de tablas, diagramas, notas al pie y bibliografia no pretende ser una nueva biblia. Es más, el autor nos impulsa a contrastar sus datos, a tener nosotros mismos una mirada crítica sobre los que nos rodea incluido el libro. Porque como dice Lomborg, el conocimiento y tener nuestro propio punto de vista sobre las cosas es lo único que realmente nos capacita para poder votar en un sistema democrático como el nuestro.
En definitiva, un excelente punto de partida para empezar a cuestionarnos muchas cosas. La manipulación de los medios de comunicación, las ONG, la política de ciertos gobiernos y quizá llegar a la conclusión de que no hay motivos para el pánico, no hay motivos para la alegria. Pero si hay motivos suficientes para actuar y confiar en que de nosotros depende dejar a la siguiente generación un mundo mejor, como ha ocurrido hasta ahora.