Los hombres que no amaban a las mujeres


En principio cuando leí el primer volumen, empecé pensando pinta bien, un prologo interesante. Un hombre anciano que desde que desapareciera su sobrina con 16 años, exceptuando el primer año, había recibo 30 flores secas enmarcadas, una por año coincidiendo con su cumpleaños, no dejando rastro del remitente y tratándose siempre se flores únicas. Luego empezaba a dar datos y a complicar la trama que una terminaba pensando de que va, y como siempre voy al revés me leía la contraportada del libro que decía algo así como que el tema se centraba en el maltrato a las mujeres…

Entonces como soy muy cínica, pensé " joer vaya truño, hombre maltrata a mujer, mujer se esconde de los vecinos y al final tragedia". Porque además el libro esta muy galardonado y esta muy bien considerado públicamente por el tema de los maltratos, eso a mi me ayuda a pensar que va a ser truño melodramático, sentimentalista como un "Todas contra el fuego" "O ellas no lo harían" subvencionando por el estado.
Pues no, es un momento dado de los primero capítulos aparece un personaje totalmente inverosímil, de una complejidad y atracción tremenda. Y además se trata de una mujer.

Y entonces ya no puedes parar de leer y empiezas a darte cuenta de lo tremendamente personal y profundo que ha llegado el autor, dando unas notas y unos giros al perfil de un personaje, fuerte, totalmente independiente, y con una personalidad tan marcada que sabes al mismo tiempo es victima de algo, que es como si cogiéramos a una persona y aludiendo también a su estética, pudiéramos ver, intrigarnos con toda su forma de ser. El personaje del que hablo es Lisbeth Salander, y aunque en principio parece ser un personaje secundario en el primer volumen, termina siendo la piedra filosofal de Millenium, o eso creo aún no he leído el tercer libro.

Y otra cosa sobre el personaje de Lisbeth Salander que se me había olvidado reseñar, Stieg Larsson comenzó a escribir Millenium como hobby, y Lisbeth es su visión personal de la aclamada sueca Pipi Lamptrung o Pipi Calzaslargas, convirtiendola en un personaje más crudo y real, pero es curioso, es como si Pipi fuera el Quijote sueco, el más universal.

Millenium fue concebida como diez libros, al morir Stieg Larsson y ver el éxito que esta teniendo la serie, están pensando en continuar la obra, (que ya tiene pelicula se extrena en diciembre del 2008). Supongo que dejaría bocetos o lineas argumentales para continuarla y allegados a él podrían hacerle ese homenaje y además no dejarnos con ese sabor de algo incompleto a los adictos a la serie. Lo cual es también irónico en el sentido de que en el segundo libro un personaje que es investigador-autor también muere sin publicar y terminar su obra, y es el personaje de Michael Bloomskit, que en principio parece ser el alter ego de Stieg Larsson, el que decide continuar y terminar el libro del fallecido siguiendo sus borradores para publicar y denunciar una realidad que se estaba investigando. Como parece también que Millenium sea Expo, y porque como decía Fernando Swartz en aquel programa de Lo más plus, ¿Cuanto de biográfico tiene su historia?
Finalmente solo decir, que es una droga, engancha muchísimo, hay pocos libros o series que lo consigan y esta es una, pensé que era algo mío propio, pero no hay nadie tan especial y mirando la página de Larsson, hay muchísima expectación en cuanto a Millenium. Biologiciamente solo puedo pensar que forma parte de la especie humana la expectación hacia esta serie una vez has leído los primeros capítulos del primer libro.

Hasta ahora en España se han publicado dos volúmenes de Millenium, "Cuando los hombres no amaban a las mujeres" y "La Chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina", solo queda uno por publicar "La reina en el palacio de las corrientes de aire", y mi relación con Stieg Larssón habrá sido completa.

CREER QUE SE CREE de Gianni Vattimo


La caída de un pensador es un espectáculo triste, por mucho que caiga con cierta gracia y cierta inteligencia. Aquel que había sido capaz de entender a Nietzsche, de pronto regresa a un catolicismo inventado por él mismo, que no es el catolicismo de Benedicto XVI, pero que, sin embargo, concilia con él, redefiniendo un cristianismo que no tiene nada que ver ni con su historia ni con su presente. El espectáculo de un hombre aterrado porque finalmente debe enfrentarse a la posibilidad de la muerte. Es el último estertor de un pensamiento cristiano "posmoderno", que ya ni siquiera se atreve a afirmar su verdad, sino tan solo su necesidad o, incluso, su mera comodidad.