Cien años de soledad


Es una historia que apasiona e inquieta y cuando comenzás a leer te atrapa, en lo expectante, en esa incertidumbre de conocer más en la odisea de José Arcadio Buendía y del pueblo que fundaron (Macondo).

Con fugacidad, con esa trivialidad, y a la vez honda, de evidenciar tantos sucesos que ocurren en un párrafo, los episodios y desventuras, las vidas y muertes de los Buendía, son sencillamente asombrosas en su narrativa. La cual no es muy lineal, y por eso, se pone desconcertante, nos arrastra para las aventuras y desdichas de una familia.

Entre acontecimientos misteriosos y verídicos, jugando con lo histórico y político, notamos a éste abanico animado de personas e intérpretes, ocultos y malignos u osados, las existencias que se suceden con las tragedias de la vida en Macondo.
Es una intensa novela, de un final diáfano y eclipsado, con un paso del tiempo, y una narración que desearíamos disfrutar en muchos libros, ya que conserva un estilo no muy ostentoso pero sí ordenado, organizado y perfectamente aplicado.

Es una historia como pocas he leído, renovadora en los lapsos del argumento, y es totalmente descriptiva en nuestra mente, que le da fundamento al premio Nobel que Gabriel García Márquez, creador de un realismo fantástico, ha ganado. El relato solicita de una activa asistencia del lector, muy estimulante y profundamente hermosa, al notar como un personaje, que tiene una experiencia semejante, incurre en los mismos, o distintos yerros en su vida.