Guerra y paz


Si el amigo Liev levantase la cabeza y viese como se le ha atribuido esta obra suya a Dostoievski, probablemente pegaría un respingo y se volvería a su tumba. El autor de Anna Karenina, aristócrata él aunque crítico con los convencionalismos sociales de la época, no casaría muy bien con el contradictorio (a veces nihilista, las mas reaccionario) de Fiodor. Sin duda los títulos duales confunden, pero me parece que confundir Crimen y Castigo con Guerra y Paz, es un poco fuerte. Menos mal que no nos han puesto también Rojo y Negro, porque entonces Stendhal si que la hubiese armado gorda.
Tampoco me cuadra mucho colocar a este autor muerto en 1881 dentro de la narrativa del siglo XX, aunque si bien es cierto que era un hombre avanzado, no lo es menos que su obra entronca en pleno realismo decimonónico, bien alejado de la novela del siglo XX tanto de los inicios, como del Bestsellerismo de finales.
Guerra y paz es una obra optimista, bastante larga, como corresponde al realismo, estilo donde esta obra se entronca literariamente hablando. La acción sucede en el periodo inmediatamente anterior a la invasión napoleonica, y es básicamente la historia de 5 familias. Tolstoi es un maravilloso retratista de los perfiles psicológicos de sus personajes. Aunque principalmente esto lo vemos mejor en Anna Karenina, en guerra y paz, siendo mucho más coral, existe un perfecto retrato de las angustias, inseguridades y todo tipo de matices interiores de los personajes. Tolstoi es extremadamente descriptivo en sus novelas, eso las hace muy largas, pero es característica común en practicamente todos sus contemporáneos (pensemos en Victor Hugo y su "Los Miserables").
Hacer un resumen del argumento, siquiera somero, ocuparía tanto espacio que constituiría por si misma una novela propia. No obstante, en general la novela viene a dar un mensaje optimista a pesar de suceder en tiempos de guerra, y es que la asunción de los errores de la humanidad y la superación de los horrores de la guerra, es siempre posible, pues la vida cotidiana de los personajes es mucho más importante que las grandes consignas de los líderes politicos, y en definitiva, son aquellos los que hacen la historia.