El alma esta en el cerebro


Emociones, ideas, temores, deseos, espiritualidad… y tantos otros aspectos de nuestra vida que nos caracterizan como seres humanos dependen de las complejísimas operaciones de nuestro cerebro. Cuando nos interrogamos acerca de nosotros mismos, son muchas las preguntas que surgen: ¿es el alma el resultado de reacciones químicas y eléctricas, tan sólo?, ¿depende un aspecto tan relevante de nuestra existencia como el amor de unas meras conexiones neuronales?, ¿se puede manipular el pensamiento de otros?, ¿los artistas tienen un cerebro distinto?, ¿lo que sugiere nuestro inconsciente es lo que somos?, ¿nos engañan nuestras percepciones?, ¿tenemos el mismo cerebro que nuestros antepasados de la Edad de Piedra?

La cantidad de interrogantes que suscita el cerebro y su manera de funcionar es infinita. Científicos, filósofos, artistas… todos los grandes pensadores se han sentidos atraídos a lo largo de los tiempos por este misterio, pero en el siglo XXI el cerebro sigue siendo aún el gran enigma que el hombre intenta desvelar. Este libro, que plantea las preguntas que todos nos hacemos, nos permite acercarnos, conducidos por Eduardo Punset, a las reflexiones de los investigadores más relevantes y adentrarnos, desde una posición privilegiada, en ese gran secreto que es el cerebro.

Matar un ruiseñor.


La novela trata sobre la vida de Scout, una niña de corta edad que sorprende por su inteligencia. Contextualizado en una comunidad 'rural' situada en el sur de Estados Unidos a mediados de siglo XX, Scout y su particular modo de ver la vida acaban conquistando al lector.
Según se va avanzando en la trama, el relato de Scout va cediendo poco a poco protagonismo al caso que tiene en vilo a todo el pueblo: su padre es abogado y decide defender, pese a las circunstancias y a la oposición de muchos, a un hombre negro acusado de violar a una muchacha blanca. Al principio me sentía 'desorientada', y me explico. Al leer la contraportada sólo se menciona toda la parafernalia del juicio y el caso que mantiene ocupado al padre de la protagonista. En ningún momento se menciona que todo se verá bajo el punto de vista de una niña de corta edad, ni que primero nos vayan a poner en antecedentes, que las travesuras, los juegos y las vivencias de la chiquilla iban a ocupar gran parte de la extensión de la obra.

Creo que por esta razón el comienzo no me gustó demasiado: me habían 'prometido' un argumento que no encotraba por ningún lado. Sin embargo, comenzaron a gustarme e interesarme cada vez más las aventuras de Scout hasta que, de pronto, me topé cara a cara con el juicio, su posterior resolución y el final, que me hizo quitar el sombrero y rendirme ante Harper Lee y su ópera prima.

Leí una mala crítica de esta novela: alguien se quejaba de que el estilo era demasiado simplón, y de que los diálogos parecían propios de niños en edad preescolar. Bueno, no comparto en absoluto tal apreciación.
Sí, la manera de narrar es directa y sin adornos, pero esto no convierte a la obra en una mala novela. Para empezar, no siempre que un escrito esté plagado de metáforas y de palabras rimbombantes tiene garantías de convertirse en un fabuloso libro: si falla lo demás la 'batalla' con el lector está perdida. Todas las piezas deben encajar a la perfección en una maquinaria bien engrasada; sino, comienzan a asomar los fallos.

Creo que el estilo, sin ser el mejor que haya leído ni mucho menos, es correcto (detalle que agradezco cuanto menos). Además, no olvidemos que la historia está relatada por una niña, y los niños no se caracterizan por utilizar vocablos rebuscados precisamente. Ésta sí es una novela en la que resulta 'verosímil' que tome las riendas de la narración una persona de corta edad.

Los diálogos también destacan por su simplicidad, y son corrientes en el sentido de que suenan del todo normales y no forzados como sucede en otras obras en las que, si todos hablásemos de ese modo, nuestro cerebro no daría para casi nada más.