Los Refugios de Piedra


Ayla de los Mamutoi, la joven curandera criada en el Clan (hombres de Neanderthal) cruzó toda Europa con Jondalar, el hombre que ama, en dirección al hogar de él. Desde la actual Ucrania hasta Francia. Éste es el argumento de los cuatro volúmenes anteriores de la serie Los Hijos de la Tierra. Ayla era una niña, apenas cinco años, cuando su familia pereció en un seísmo. La niña cro-magnón fue recogida por un clan de Neanderthales, que la educó en sus costumbres, más antiguas que las de la especie de ella. Con su madre adoptiva también aprendió el arte de las medicinas. Hubo de superar las reticencias iniciales y sobrevivir en un medio hostil por ser diferente. Cuando se vio obligada a abandonar su hogar, partió a buscar a los de su propia especie. Tras vagar una estación por el mundo y no encontrar a nadie, se estableció en un valle desierto, únicamente poblado por caballos. Trabó amistad con una joven yegua, y crió a un león cavernario antes de conocer a Jondalar, un joven tallador de pedernal que realizaba un viaje. Ambos se enamoraron, y él decidió llevarla a su hogar, pero antes convivieron con los Mamutoi (Cazadores de Mamuts), que adoptaron a Ayla. Luego, un viaje de un año para llegar a territorio Zelandonii, hogar de Jondalar. Un muy interesante argumento de la saga, y este quinto volumen no queda a un nivel inferior. Ayla debe ganarse el aprecio de los familiares de Jondalar, al que por fin logrará unirse en una ceremonia nupcial.

Jean M. Auel en esta ocasión, describe perfectamente las costumbres del poblado- las diferentes ceremonias, su manera de cocinar, cazar, las pinturas en las cuevas, etc.- y pone el acento en el descubrimiento y coexistencia de distintas formas de vida. Hace un trabajo antropológico sobre la Prehistoria europea, con unas perfectas descripciones de parajes y costumbres, mostrando una intensa labor de preparación y documentación. Es un libro más antropológico y de costumbres que todos loa anteriores.

La autora se desplazó numerosas veces a Francia para recoger información y para visitar los yacimientos prehistóricos en los que sitúa la acción. Uno de sus viajes la llevó también a recorrer el norte de España. Escrita con el inconfundible estilo de Jean Auel y con su profunda sabiduría y capacidad de investigación, Los refugios de piedra, ofrece una extraordinaria y seductora mezcla de aventura, ternura, conflicto, elevación espiritual, pasión y ritual entre el esplendor natural de la región prehistórica. Los incondicionales de esta serie no podrán dejar de leerlo, y ansiaran que la escritora se dé prisa en escribir los dos volúmenes que aún pretende escribir sobre la vida de Ayla. Los anteriores son El Clan del Oso Cavernario, El Valle de los Caballos, Loa Cazadores de Mamuts y Las Llanuras del Tránsito.