Benjamín de Federico Axat

Ben tiene nueve años, está furioso con su madre y fantasea con la idea de marcharse de casa.
Agobiado, se escabulle en la oscuridad del desván: un sitio prohibido e inexplorado que ha caído en desuso hace años.
Tras una búsqueda exhaustiva en los inmensos bosques de Carnival Falls, es considerado oficialmente un niño perdido, y a medida que los días pasan, su familia empieza a aceptar lo inevitable. Ben ha muerto.
Sin embargo él está allí, sobre sus cabezas. A través de diminutos orificios es capaz de espiar las actividades de su hermana, la criada y sus padres.
Tan sólo la sed, el hambre y las necesidades fisiológicas le obligan a salir de su escondite, al que retorna sin ser visto para seguir espiando a su familia, escuchando sus conversaciones íntimas, hasta descubrir sus secretos más terribles y presenciar cómo, lenta pero decididamente, sus vidas se reanudan… sin él.
¿Qué hacen tus seres queridos cuando están solos? Federico Axat nos lanza esta inquietante pregunta, en una obra que como todos sus trabajos se caracteriza por tramas cargadas de suspense, fuertes giros argumentales y finales sorprendentes.

Vendidas

Zana viaja con quince años al Yemen, tierra de su padre, para pasar unas vacaciones en casa de Abdul Khada. Lo que encuentra allí es horrible, las mujeres trabajan hasta el agotamiento y no tienen privilegios, no hay electricidad ni agua ni grifos. Ella viene de Londres donde escucha música moderna y se pinta para salir. Antes de que pase una semana en el Yemen se entera de que no va a volver a su Londres natal, porque su padre le ha vendido. A ella y a su hermana. Y la ha casado sin su consentimiento con un niño enfermizo menor que ella. Está secuestrada y es sistemáticamente violada. Durante ocho años tiene que pasar por un infierno mientras su madre trata de recuperarlas con todos los medios posibles ayudada de periodistas británicos. Pero para entonces Zana tiene que renunciar a su propio hijo y a su hermana, que ya es incapaz de salir de aquel infierno.