El peregrino de compostela


Se trata de una obra, sin duda entretenida, pero que obliga en cierto modo a leerla de una vez, pues si se prolonga la lectura puede caerse en la indeseable monotonía y casi perderse el apetito por continuar leyendo, de no ser porque sigue unos pasos, los cuales, si no los ves todos te dejan con la sensación de estar "a medias", y estos son los "ejercicios del alma". Por otra parte, si se lee a sabiendas de que está escrito de forma simbólica, pueden obtenerse gratificantes analogías con circunstancias diversas de la vida.