Mil dias en Venecia

Él la vio en la Piazza San Marco y se enamoró de ella desde lejos. Cuando un año después la vuelve a ver en una cafetería de Venecia, sabe que es el destino. Él apenas habla inglés, mientras que ella, una chef estadounidense divorciada, en italiano solo sabe hablar de cocina. Marlena se considera incapaz de intimar y piensa que su corazón ya no puede volver a sentir amor; sin embargo, pocos meses después de conocerlo, vende su casa de Saint Louis, renuncia a su trabajo, reparte la mayor parte de sus pertenencias, se despide de sus dos hijos adultos y se traslada a Venecia para casarse con «el desconocido», como llama a Fernando.