Mi mayor afición de pequeño era la lectura: me daba igual si era libro, tebeo, temática o voluminosidad del tomo en cuestión. Me sentaba y devoraba cualquier cosa del tirón. Dos o tres horas sin moverme de la silla eran suficientes para acabar con cualquier libro. De hecho la literatura era mi regalo favorito: Papá Noel no solía marchar nunca sin antes haber dejado dos o tres libros en el árbol.

La 2 emitió hace tiempo la película y pude grabarla, pero el vhs también acabó perdiendose; por pura inercia me puse a buscarla en el ares y la he vuelto a encontrar. Llama la atención que es un fiel reflejo del cómic, no hay nada que nos haga añorar el papel.
Es, sin duda, una de esas lecturas imprescindibles.
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